Luego de la Frase de Joaquín Lavín al crear este hibrido político a los ojos de los ciudadanos muchos no entienden, no comparten y lo mínimo es que les parezca extraño. La idea es más simple de lo que parece Lavín propone un estilo distinto, aunque no es primera vez que se hace, un estilo de colaboración en los temas importantes para el país, el bacheletismo no es por la Presidenta Michelle Bachelet, es más bien con colaborar con el presidente de turno.

El 2003 Longueira fue quien dio una mano al gobierno de Lagos en su peor momento cuando se destapo la olla de la corrupción, el ex presidente se comprometió a erradicar la corrupción y Longueira con la derecha a ser más constructivos que críticos. Los beneficios claramente resultaron únicamente para la concertación, públicamente se paso el “impasse” y con tan solo mostrar voluntad de mejorar la situación su imagen se vio fortalecida, lo efectivo fue prácticamente nada, después de Lagos conocimos más casos de corrupción como Chiledeportes, los millones de EFE y algunos más del MOP, algunos políticos de la misma concertación hablaron de la “ideología de la corrupción” dentro de ella y terminaron expulsados de sus partidos, esos políticos hasta formaron un partido nuevo.

Esta vez Lavín es quien da la mano al gobierno (cabe destacar que el gobierno se abuena con la oposición cuando está con el agua hasta el cuello), primero participando en la comisión de equidad la que nace luego de conocer datos sobre la desigualdad social en Chile que se ha incrementado durante los gobiernos de la concertación y que cabe recordar que cuando acabe el periodo de la actual presidenta la concertación llevará en el poder 20 años, en los cuales este ha sido uno de sus mayores problemas y promesas sin resolver teniendo el tiempo para hacerlo. También Lavín se une al gobierno para afrontar una estrategia contra la delincuencia, otra de las metas incumplidas por el gobierno, es decir, otra vez se le da la mano al gobierno para afrontar los principales problemas del país.

Respecto al Desalojo, se ha dicho que este nuevo estilo es distinto al del desalojo. El problema radica en que muchos leen nada más que los titulares. La palabra desalojo nace del Libro del Senador Andrés Allamand “El desalojo” que obviamente es más que una simple frase, el libro es bastante bueno y lo recomiendo para aquellos que aun no han tenido la oportunidad de leerlo. El desalojo explica el por qué Chile necesita la alternancia, trata sobre los muchos problemas sin solucionar de Chile, las promesas sin cumplir y lo más importante es como revitalizar la democracia en Chile, la alternancia, el cambio son vitales para la democracia. Por lo tanto aquí el libro no es confrontacional, decir verdades no es ser confrontacional, por ejemplo, el libro muestra gráficos de crecimiento del país bajo los distintos gobiernos de la concertación y como ha ido en fuerte decadencia desde un 7,7% con Aylwin hasta 4% en el primer año de la actual Presidenta. A su vez el libro pone ejemplos de otros países que nos han sobrepasado, cuales deben ser la prioridades para mejorar en distintos ámbitos como Educacional, Económico, Institucional, etc. El desalojo también propositivo.

El camino del cambio

El Bacheletismo-Aliancista-Desalojista, ¿más complejo? Al contrario, Chile necesita otro aire político, más colaboración entre distintos bloques, los cuales tienen muchas similitudes, y se puede remar hacia un mismo objetivo si se prioriza en la gente más que en los partidos.
Los roces los veremos el 2008 y 2009 ambos años electorales, ahí podremos ver quienes representan el cambio a una actitud política más madura, donde se pueda ser colaborador con el contrario y a su vez un firme fiscalizador en post de la transparencia, esto impone más trabajo y mejor clase política, hoy con orgullo los que somos aliancistas podemos decir que estamos cimentando y dando el primer paso a una nueva clase política, a un nuevo estilo.